Textos de hace algunos años —¡qué tiempos los de La Coctelera!— que he rescatado del olvido y que me gusta releer de vez en cuando.

«La vida es insomnio, que no sueño; se equivocaba Calderón».

Combatí mis problemas con el insomnio durante largas temporadas empleando el tiempo en escribir una vida imaginaria —acaso no lo son todas— en un blog escrito con intención literaria.

Terminado ya, presentado también para su lectura como un libro, fotogramas sueltos que conforman una película sobre diversos avatares comunes a una vida, a muchas vidas. Textos que se nutren de historias propias y ajenas, que buscan encontrar la ternura que hay por debajo de todo y de todos.