octubre2018

Gafas

Ni en esas gafas viejas
-ni en su añeja costumbre
de irse deslizando muy poco a poco
por el promontorio de mi nariz
como si, al tomar carrerilla lenta,
quisieran arrojarse
al vacío que parecía llamarlas más allá-
estarán los desastres
ni la maravillas que, atravesadas
de luz y de su correspondiente oscuridad,
me llegaron revueltos entre los días
que ahora son pasado.

Aun así las guardo de todas formas,
camuflando una secreta esperanza
en la probabilidad de rotura
o extravío de las nuevas,
una esperanza que es tan imposible
que nadie podrá quitármela nunca,
pues todo el mundo sabe
que sólo puede volverse mentira
lo que se sostuvo como verdad.

Quizá un día, cuando
la memoria sea ese espacio de nadie
que queda entre los trozos de un espejo
reventando a cámara lenta,

Gota

De semen blanco escanciado
entre los pliegues de una sábana,
de sudor anónimo y cotidiano,
de algún caldo lentamente
cocinado entre pucheros,
de agua de la lluvia que desata
la tormenta de una despedida,
de la saliva de un beso furtivo
que atraviesa una primavera,
de la espuma del mar empujada
por la brisa y el salitre,
de una lágrima escapada
de la risa o de un suspiro,
de la sangre de tu herida
o de la de tu enemigo,
de la escarcha,
del mercurio de una fiebre,
de la nieve
o de la tinta que se agria
sobre el papel de este poema
en que me lees,
la última gota es la que siempre
desborda el vaso.

Monedas

Tardan demasiado
el viento y la lluvia
en desgastarlas.

Metales redondos con efigie,
símbolos preciados del mundo
en el que todo cuesta más que lo que vale,
aquí están, olvidadas en el cajón.

No puedo evitarlo.

Pensar en ellas como pienso en el amor,
cuánto brilla todo lo nuevo
cuando sabes que lo tienes
en el bolsillo del pantalón.

Qué poco valen luego, después,
si te las encuentras por la calle
oscurecidas por el verano
y las saludas como sin gana
y metes las manos en los bolsillos
y te despides aliviado.

Papel en blanco

Un papel vacío, ese que no se ha estrenado,
nunca es sólo un papel en blanco.

En él germinan los proyectos
que aún no se han sembrado
y, mira, ¿no lo ves? Hay un dibujo
preparado para asomarse
o una instancia para pedir no se qué.

Tiembla una firma en su vientre
y, ¿no lo notas? Hay palabras dentro de la tinta
que se ordenan en la fila
de un mensaje de amor o de odio,
que se ponen firmes para dar un veredicto
o que despliegan las alas de un poema.

Veo que no lo entiendes, pero sé consciente
de que este papel, antes de soportar mis letras,
estuvo vacío y, sin embargo,
nunca fue sólo un papel en blanco.

Aunque tal vez comprendas mejor
que, después de haber escrito en él
versos tontos o milagros,
después de que tú lo leas,
quizás ya sólo sea papel mojado.