He borrado las señales evidentes,
los errores plasmados, la vida escrita
entre desconchones sobre la pared.

Se han ido las huellas de todos los roces,
las marcas del tránsito por los pasillos,
los agujeros torpes y equivocados
que tapaban los cuadros con su color.

He pintado el pasado de blanco roto
porque, al cambiar por otro tono la luz
que entra sinuosa por la ventana abierta,
las historias contenidas en el polvo
se disuelven lentamente hacia el pasado
como si escribir encima de lo escrito
pudiera esconder trozos de la memoria
de un corazón, de una vida o de un papel.

Y si tengo el corazón vacío, la vida
estéril y mi papel emblanquecido,
si vivo contenido en estas paredes
que le gritan a la ausencia con colores
Si todas las paredes del mundo hablaran,
estas cuatro paredes tuyas y mías
no sabrían qué más decirte.