Apenas un corte, nada grave,
el dedo que se raya con un folio,
los labios resecos,
el pinchazo de una espina,
el roce de un cuchillo por las yemas,
la picadura de un mosquito,
una pestaña en el ojo,
una sequedad en la boca.

Apenas nada grave
es lo que pasa entre nosotros,
pero me duelen las manos
al acariciarte,
me escuecen los labios
en tu boca
y me cuesta abrazarte.

Nada grave, excepto
esta dolorosa inquietud
que me susurra que entre tú y yo
ya no pasa nada grave.

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