Contar los nudos
para no desfallecer,
colgarse de ellos, mecerse,
estirarse sobre la noche
y amanecer al raso.

Contar los nudos
para entretener el miedo,
ahuyentar el silencio, cansarse
de volver a empezar
y apaciguar el sueño.

Contar los nudos
con la vista nublada,
equivocarse, entrar al aire
flotando sobre el futuro
y encenderse de espera.

El mundo se mueve
con la cadencia de la hamaca,
contar los nudos, extrañar
otro cuerpo anudado
que nos ancle a la tierra.

Contar los nudos
que se te clavan en la espalda,
abandonarse, huir hacia los lados,
mientras los ojos se entornan
hacia el vaivén que eres.

Contar los nudos
para no desfallecer,
perderse, oscilar con ellos,
esperar una palabra que duda,
liberar un sueño que va y viene,
desear un balanceo,
vacilar despierto siempre
con un corazón que nunca descansa.