Un papel vacío, ese que no se ha estrenado,
nunca es sólo un papel en blanco.
En él germinan los proyectos
que aún no se han sembrado
y, mira, ¿no lo ves? Hay un dibujo
preparado para asomarse
o una instancia para pedir no se qué.
Tiembla una firma en su vientre
y, ¿no lo notas? Hay palabras dentro de la tinta
que se ordenan en la fila
de un mensaje de amor o de odio,
que se ponen firmes para dar un veredicto
o que despliegan las alas de un poema.
Veo que no lo entiendes, pero sé consciente
de que este papel, antes de soportar mis letras,
estuvo vacío y, sin embargo,
nunca fue sólo un papel en blanco.
Aunque tal vez comprendas mejor
que, después de haber escrito en él
versos tontos o milagros,
después de que tú lo leas,
quizás ya sólo sea papel mojado.
Deja una respuesta