Woman Waving to Trees
Not that anyone would
notice it at first.
I have taken to marveling
at the trees in our park.
One thing I can tell you:
they are beautiful
and they know it.
They are also tired,
hundreds of years
stuck in one spot—
beautiful paralytics.
When I am under them,
they feel my gaze,
watch me wave my foolish
hand, and envy the joy
of being a moving target.
Loungers on the benches
begin to notice.
One to another,
“Well, you see all kinds…”
Most of them sit looking
down at nothing as if there
was truly nothing else to
look at until there is
that woman waving up
to the branching boughs
of these old trees. Raise your
heads, pals, look high,
you may see more than
you ever thought possible,
up where something might
be waving back, to tell her
she has seen the marvelous.
Mujer saludando a los árboles
Como si nadie pudiera
advertirlo al principio.
Me he entregado al prodigio
ante los árboles de nuestro parque.
Sólo una cosa puedo decirte:
son grandiosos
y lo saben.
También están exhaustos,
cientos de años
atrapados en el mismo sitio—
grandiosos paralíticos.
Cuando estoy debajo,
sienten mi mirada,
observan cómo agito mi loca
mano, y envidian mi alegría
de ser un blanco móvil.
Los perezosos en los bancos
comienzan a notarlo.
Uno al otro se dicen:
“Las cosas que hay que ver…”
La mayoría de ellos mira
abajo hacia la nada como si no hubiera
en verdad nada más para
mirar hasta que aparece
esa mujer saludando a lo alto
hacia las ramas
de los viejos árboles. Levanten sus
cabezas, amigos, miren arriba
pueden ver más
de lo que creían posible,
arriba donde algo puede
devolverle el saludo, para decirle
que ella ha visto lo magnífico.
Dorothea Tanning (1910 –2012, Estados Unidos); Coming to That , Graywolf Press (extraído de circulodepoesia.com)
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