Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

mujer (Página 1 de 7)

Sinusoide

Sinusoide

Soy mujer
no podía ser otra cosa
si tengo un cuerpo sinusoide,
vagina y pechos
con los que amamanté a la vida
igual que hizo mi madre;
si tengo piernas y manos
con las que me teñí el pelo de rojo,
hice esferas con las olas,
puse lazos, termómetros,
el primer trece en las urnas
y defendí mis axiomas de mujer,
mis dogmas.

Tengo ojos,  boca,
algunos juguetes rotos,
muchas noches sin dormir
y cuentos en el bolsillo.
Tengo los labios pintados
y las uñas,
con ellas escribiré
cuando se acabe la tinta.

Entre canas y arrugas,
miedos, risas, fiebre,
voz y letras
no podía ser otra cosa.

Soy mujer.

Consuelo de la Torre (1959, Jaén, España); Ángulos, Ed. Nazarí, 2017

Canción de arcilla

CANCIÓN DE ARCILLA

Mi cuerpo está hecho de ríos.
Tiene las curvas
del caudal de tus manos
de agua;
las huellas que tú has ido labrando
con tu paso.
Y en mis márgenes de espuma
crece el romero
y la salicaria.
Has ido tendiendo puentes
sobre mi espuma
y turbulencia,
sobre el mágico misterio de sentirse río
latente.

Me has amasado con el barro de la orilla,
pequeño alfarero,
con tus grandes manos tiernas.
Por mis ojos de vasija
mana toda la luz
del agua.

Mercedes Escolano, (Cádiz, 15 de febrero de 1964), Marejada, Ed. Salesianos, 1982

Meditación en el umbral

Meditación en el umbral

No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila
la visita del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas,
contando las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.

Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.

Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.

Rosario Castellanos (1925-1974, México); Otros poemas; Ed. Fondo de Cultura Económica, 1972

Aviso de correos

Aviso de Correos

Llamarán a tu puerta una tarde cualquiera.
Y no se sabe quién habrá dejado
en el suelo un paquete para ti.
MUY FRÁGIL, dice al dorso. Lo remite Pandora.
Albergue de montaña en el Olimpo.
Grecia la Vieja.
Sí, parece su otra caja,
la caja fascinante, la olvidada,
la que nunca abrió nadie,
la que escondía el Tiempo en algún zulo,
la que cruzara intacta por los mitos,
la que nunca extrajeron los viejos arqueólogos
ni indagaron los más serios poetas
y que -mira por dónde-
aparece en tu puerta, inesperada.
Contiene la mordaza, ya suelta, de Pandora,
venenos para dar a las palabras
que usurparon el trono tantos siglos,
ese brillo del no,
el cinismo de Hermes,
hondas para romper los espejismos
de las formas dañinas del amor
y palabras vibrantes y fresquísimas
dispuestas a pisar, como gacelas,
las lenguas gangrenadas e inservibles.
(Algo queda en el fondo. No lo mires.
Cuídate de Pandora: es el olvido).
Si llaman a tu puerta cualquier día,
si traen un mensaje de muy lejos,
mira la dirección del remitente
porque a veces los dioses, caprichosos,
rectifican el mundo en cajas nuevas.

Aurora Luque (1962, Almería, España), Carpe noctem, Ed. Visor, 1993

« Entradas anteriores

© 2024 Poemancia

Tema por Anders NorenArriba ↑