Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

viaje

Portland

Portland

No habrá nadie aguardando mi llegar sobre el andén
alborozado de abrazos y baúles silbando bienvenidas
rozaré con fijeza los semblantes extraños esperanzada
en redescubrirte a pesar de los años, tomaré un taxi
tatuado de lluvia, visitaré a la familia, dilapidaré los días
y partiré despaciosamente hacia cualquier otro lugar.

Mar Sancho (1972. Valladolid, España); Entre trenes, Eolas Ediciones, 2019

He venido para ver

He venido para ver

He venido para ver semblantes
Amables como viejas escobas,
He venido para ver las sombras
Que desde lejos me sonríen.
He venido para ver los muros
En el suelo o en pie indistintamente,
He venido para ver las cosas,
Las cosas soñolientas por aquí.
He venido para ver los mares
Dormidos en cestillo italiano,
He venido para ver las puertas,
El trabajo, los tejados, las virtudes
De color amarillo ya caduco.
He venido para ver la muerte
Y su graciosa red de cazar mariposas,
He venido para esperarte
Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.
Por ello quiero saludar sin insistencia
A tantas cosas más que amables:
Los amigos de color celeste,
Los días de color variable,
La libertad del color de mis ojos;
Los niñitos de seda tan clara,
Los entierros aburridos como piedras,
La seguridad, ese insecto
Que anida en los volantes de la luz.
Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.

Luis Cernuda (Sevilla, 1904 – Ciudad de México, 1963)

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