Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

Ana Pérez Cañamares

Después de que los hijos

Después de que los hijos
nos despierten por las noches
nosotras nos quedamos
más solas que a la luz del sol.
Entre sábanas revueltas buscamos
referentes: ¿pero quién, quienes?
¿Nuestras madres abnegadas?
¿Las satisfechas de las películas
las diligentes de los anuncios
las despreocupadas amigas sin hijos?
Espiamos a las madres que murieron
a las madres que no fuimos
a las madres que soñamos ser.
Pero al mirar a las otras solo vemos
sus ojeras acolchadas
como camas de catálogo.
Al resto lo oculta un pudor milenario
la higiénica sonrisa que proclama:
toma este lazo de terciopelo
y amordázate. Ofrece tu mejor perfil
y cuenta con él la misma historia.
No existes en ninguna mitología.
No nos traiciones.

Ana Pérez Cañamares (1968, Santa Cruz de Tenerife, España); Será ser mujer, Ediciones del 4 de agosto, 2019.

Cómo ganar una guerra perdida

Cómo ganar una guerra perdida:
Uno. Excavar trincheras
con palas, lapiceros, saxofones.
De las grietas, hacer cicatrices.
Dos. No llevar uniformes.
Cada cual adoptará el disfraz
que menos le ofenda.
Tres. No distinguir noche y día.
Permitir la soledad a quien la elija.
Adoptar perros y recién llegados.
Cuatro. Celebrar una fiesta
por cada trinchera. Llegará el enemigo
y no entenderá nuestro lenguaje.
Les será imposible la conquista:
ellos no aman a los perros mestizos
ni arrancan orgasmos a las palabras.
Perderemos la guerra de las mayúsculas
pero la vida está de nuestra parte:
lloramos y celebramos la brizna.

Ana Pérez Cañamares (1968, Santa Cruz de Tenerife, España); de Economía de guerra (2014); extraído de En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis, Bartleby Editores, 2014

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