CANSADO IDIOMA

Escribes árbol pero no consigues
oír el canto de los pájaros en sus ramas
ni el susurro que le arranca el viento.

Escribes agua pero siguen secas tus manos
y agrietada de sed permanece tu garganta.

Escribes sol pero la noche insiste fuera,
lenta tortuga, cuánto tarda
en resbalar al otro lado del horizonte.

Escribes muerte pero sigues sintiendo
en las sienes el compás del corazón,
rumor de tiempo que avanza o que da vueltas.

Para qué escribir más palabras si el idioma
se cansó y ya no sabe suscitar la lluvia
con la palabra lluvia
ni dar calor con la palabra lumbre.

(Juan Bonilla, Hecho en falta, 2014)