Vindicatio originis

estos sellos que infectan los graves pasaportes
estos hitos mojones barreras y alambradas
estas líneas de puntos que torturan los mapas
ni un punto de armonía han aportado al mundo
ni una coma de amor o de decencia
                                                       Alberto Porlan

Un día alguien propuso:
“Vamos a enlazar la sangre con la tierra, vamos a decir
que, si tu padre aró este campo,
tú tienes derecho a un gentilicio.
La gente, si no quiere buscarse problemas,
vivirá donde le haya parido su madre
y criará ahí a sus hijos.
Y quien se porte bien le daremos
como premio por no molestar
potestad para poner la palabra mi
delante de la palabra tierra.
Y por gracia del nombre esa será la suya,
y ahí morirá,
y matará por ella.
Y si se va a otra parte
le llamarán el-que-viene-de-fuera.”

El consejo de sabios entero estalló en risas:
“Eso no es posible, hermano,
¿no ves que la sangre, la carne, el cuerpo en suma
se parecen mucho más a los ríos?
¿No ves que la gente se enamora
sin distinción de aldeas?
¿No ves que a veces llueve
y hay que buscar comida lejos;
no ves que a veces,
simplemente,
es momento de marchar?

¿En serio crees que alguien
iba a dejar de cruzar una montaña
porque se lo dijéramos nosotros?”

Y desde entonces,
años y años,
sucesivos pasos de golondrinas sobre la bahía,
heladas y mareas,
nacimientos, extinciones de especies,
y la creciente sensación
de que algo se estaba olvidando.

Laura Casielles (1986, Asturias, España) Los idiomas comunes, Ed. Hiperión, 2010 (Este libro ganó el XIII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y el Premio de Poesía Joven Miguel Hernández en 2011)