VI

encarnamos un ser.
Existimos.
Y nuestro amor es posible
pese a las sotanas que enlodan el suelo,
pese a la publicidad que solo arroja luz
hacia un calvero del bosque,
pese al gusano de la intransigencia,
y al malecón del odio.
Este cielo de luz suave
nos conoce
y cuando ya no estemos
distinguirá en la tierra a nuestros hijos.
Somos parte de ellos,
y al revés.

Ariadna G. García (1977, Madrid, España); Ciudad sumergida, Ed. Hiperión, 2018