Eres la última
la que aún desconozco:
intransigente y bronca.
La que mortal y recia,
arde en la soledad
de mi garganta.
La que, recostada
en mi pecho, ausculta
el ritmo lento de un corazón
de barro con forma de tambor.
La que, callada y displicente,
recorre el laberinto de mis días
buscando el hilo mágico del sueño.
La que, desnuda,
se tiende en el rocío de mis ojos
haciendo del azul aguamarina.
Eres principio y fin de mi demora,
presencia de una ausencia
cargada con el peso
de la historia.
Eres tú
poesía:
náufraga como yo,
alumbrada en la frontera
del olvido.
Ángela Serna (1957, Salamanca, España); De eternidad en eternidad, Ediciones La Palma, 2006
Deja una respuesta