Un cielo empeñado en hacer de nosotros su último milagro
Quisiera escribir un poema de amor que no sea torpe,
que se mantenga erguido hasta el amanecer,
y al que no le importe
la vergüenza del desnudo.
Que nombre la exactitud de mi ingravidez
con el empeño con el que se cree en dios
antes de que la cordura toque a rebato.
Pero probablemente no lo haré,
porque al igual que tú,
mis párpados viven exiliados
y la voz se refugia en la trinchera
justo a dos interrogantes del suicidio.
Y pensar que me resulta tan fácil
amarte con los ojos,
quedarme recostada en el incendio de una nube
y no perder detalle
de todas las promesas que se le escapan a un cielo
empeñado en hacer de nosotros su último milagro.
Aunque la mayoría de veces,
la palabra se limita
a reflejar por cada uno de sus octaedros,
un facetado diferente del náufrago,
y descubro de repente,
que no es tu lengua si no arena
lo que me llena la boca.
Marian Raméntol (1966, Barcelona, España); La escritura plural. 33 poetas entre la dispersión y la continuidad de una cultura. Antología actual de poesía española, Ed. Ars poetica, 2019
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