Los árboles
Cabecean,
mira cómo cabecean,
los árboles.
Las lenguas de las hojas
no murmuran
de nadie.
Dicen tan sólo
sí, no, sí,
a la paz
del mediodía,
al viento airado
de cuaresma
que las despoja.
Cabecean,
como niños con sueño
-¿qué sueñan?-
cabecean
los árboles.
Fina García Marruz (1923, Cuba), Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000), Ed. Galaxia Gutenberg, 2002
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