Égloga urbana


Escucha, pues, un rato, y diré cosas…
NEMOROSO


: Contemplo los tejados grises de las casas
Todo está envuelto en un mar de humo
Sin embargo, he visto la belleza
He visitado el corazón de la tarde
He colmado de esperanza mis anhelos
Las carreteras me conducen hacia cualquier parte
Conservo para mí este paisaje
Cuadros de albañilería
Que recorren las fuentes de las plazas públicas
Poblando los arbotantes de las viejas catedrales
Y me he preguntado por el hombre…
: No sé…
La calle está poblada de fuegos fatuos
Las líneas telefónicas vuelan más allá del último semáforo
Mis ojos parecen recordar aquel viejo automóvil
Que yacía enamorado en el asfalto
Y me he preguntado por el hombre…
: Hay ecos, ecos de una fontana fría
Y de un sol de media noche
Todavía tengo fe en el amor callado
En la fascinación por las copas de los árboles
En la alondra que nos brinda su arrullo
En una mano tendida…
En una mano que estrecha otra mano…
: Sé que hay rosas abrazadas
En el jardín lejano de la tarde
Rostros arados por mil dudas
Violetas esparcidas por los puñales
Que clava el aire
Hemos escarbado entre la arena
Para cubrimos el cuerpo de dunas
Supongo que hay cosas que nadie sabe
Cosas que no cambian nunca
Y simplemente me he quedado muda
: Amo las montañas y los valles solitarios
Amo las vacunas y el agua corriente
Amo el cielo estrellado y una sonrisa sincera
Amo la aurora y, en definitiva, amo…
: He palpado los verbos más dolorosos
Con mi propia sangre
Me he bebido los terremotos
He azotado los vendavales
La luna ha danzado desnuda entre mis manos
Quebrantándome los huesos y robándome la carne
Y tan sólo me pregunto si podré ser feliz por un instante
: Aquí estamos cantando
En el fervor de la noche
Girando alrededor del fuego
Sorbito a sorbito van cayendo las hojas
Tal vez este otoño…
: Casémonos ahora
Mi amor es mucho más que una caricia
Te ofrezco mi nuevo pupitre
Y los cafetales de un amor
Que despierte en ti el deseo de aprenderme
De cultivar tu espíritu
Mi amor es mucho más que el beso de una película,
: Enséñame a contar con los ojos cerrados…
Contaré hasta infinito y tú me buscarás
Entre los peñascos
En el último desembarco de las Naciones Unidas
Eso sí, que sea algo lindo
Algo bordado de raso, algo confortable
Algo que se pueda contar como los cielitos
Que cuentan los gauchos…
: Contemplo los tejados grises de las casas
No sé…
Hay ecos, ecos de una fontana fría
Sé que hay rosas abrazadas
Amo las montañas y los valles solitarios
He palpado los verbos más dolorosos
Aquí estamos cantando
Casémonos ahora
Enséñame a contar con los ojos cerrados…

Eva M. Miranda Herrero (1975, Aranda de Duero, Burgos, España); Asimetrías del aire, Autoedición, 2019. Este poema recibió el Premio de poesía Marqués de Santillana (Camión de los Condes, 2000)