Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

Begoña M. Rueda

A 27 de marzo de 2019

A 27 de marzo de 2019

Mi compañera Trini es una señora
que ha cotizado cuarenta y siete años
a la seguridad social.
Con toda certeza se trata
de la empleada más antigua
de todo el complejo hospitalario.
Trini es, ante todo,
una señora
de sesenta y tres años a la que llevan
explotando desde los trece,
edad en la que para sobrevivir
se veía obligada a fregar de rodillas
en las casas de los señoritos
que a la hora de comer
la marginaban en una habitación aparte
con unos cubiertos aparte
y un plato aparte, frío
con las sobras de los pucheros
que ella misma preparaba para todos.
A Trini le da miedo jubilarse, ella cree
que si se queda en casa la visitará la muerte
y que la encontrará desprevenida
ordenando los armarios o quitando el polvo,
por eso Trini cada día madruga
y entre las máquinas practica los pasos
que aprende por las tardes en clases de bachata,
así la muerte, si la visita,
no tendrá más remedio que dar con ella
bailando entre las lavadoras.

Begoña M. Rueda (1992, Jaén, 1992); Servicio de lavandería. Ed. Hiperión, 2021

A 3 de junio de 2019

A 3 de junio de 2019

Algunas de mis compañeras
después de cargar
veinticuatro lavadoras industriales
llegan a casa
y preparan la comida para todos,
friegan los platos, limpian la cocina,
barren el salón y por fin se sientan
un poco
hasta que llegan los nietos,
les preparan el biberón
y juegan con ellos mientras
ponen la lavadora de casa
y ya no se vuelven a sentar
hasta que la dichosa centrifuga
y por fin pueden
tender la ropa e ir pensando
en preparar la cena y cambiarle
la arena al gato, suelen pasar
la noche en vela
y de golpe ya es de día
y vuelta a empezar, mujeres
que valen su peso en oro
pierden la salud
a dos duros la hora.

Begoña M. Rueda (1992, Jaén, 1992); Servicio de lavandería; Ed. Hiperión, 2021

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