Barro

Hasta la madre
se volvió barro,
un barro acuoso,
frágil y sin cocer.

Y quedé sostenida
por un latido desigual, pequeño.
Polivalente e incierta
como célula madre,
y aun así cada vez más definible.
Con un cuerpo mullido y nuevo,
un cuerpo que jamás pronunciará
un no li me tangere.

Camino ahora
con pies de barro,
desnuda, sólida y pluvial.

Gracia Aguilar (1982, Albacete, España); Libérame domine, Ed. Pre-Textos, 2018