Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

Loreto Sesma

Uno besa

VIII

Uno besa,
y en el beso se confiesa.

Calcula daños,
y reflexiona si será error o acierto,
sobrepasa la distancia de seguridad,
mordisquea la duda
de si en el pacto de labios está vendiendo promesas.

Entra en el circuito del engranaje mental
mezclando ilusión y miedo,
fuego y hielo,
caigo, me levanto, caigo, ruedo.

Pero uno besa,
y en el beso se confiesa
que si es error o acierto,
no importa.

El tiempo está abierto a propuestas y en algún momento paras,
pienso hacerme el muerto
para ver si disparas
o me besas de nuevo.

Loreto Sesma (1996, Zaragoza, España); Alzar el duelo, Ed. Visor, 2018. XXXIX Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla.

No sé escribir sobre la felicidad

VII

No sé escribir sobre la felicidad por la inmensidad de su lenguaje,
porque sobrepasa un latido,
devora el instante.

Se consume tan rápido como este poema en el fuego,
como la vida de un kamikaze.

Cuando escribo, lloro.
Y cuando lloro, lloro sobre lo escrito
haciendo que mis versos se ahoguen en mis propias lágrimas
como cuerpos sin vida que se lleva una riada.

Ansío sin sentido salir de un dolor
que me encarcela y me quema.

Ansío descongestionar el latido consentido
porque no deberíamos olvidar que el corazón,
aunque dando vida,
lo hace mediante la sangre,
y la sangre es herida.

Loreto Sesma (1996, Zaragoza, España); Alzar el duelo, Ed. Visor, 2018

Kilómetro

Kilómetro

En la radio suena…

Aprendiendo a vivir
a coger en marcha el autobús.
Aprendiendo a leer
en los ojos de la multitud.
Aprendiendo a vivir
amando contrarreloj.
Aprendiendo a seguir
el compás de la imaginación.

Aprendiendo a vivir
 Hay autobuses que parecen las salas de espera de un hospital,
igual que hay estaciones que están cansadas de ver llegar gente
que luego nunca se queda.

Creo que deberíamos preguntarles a los trenes qué es lo que sienten,
porque me he dado cuenta de que a ellos tampoco hay nadie que los espere,
lo único que quiere la gente
es llegar a su destino.

Hay gatos que (sobre)viven en la calle
que desearían no tener que soportar las oportunidades
que les otorgan sus siete vidas.

Drogas que no querían hacer daño,
sólo necesitaban alguien que las necesitara.

Hospitales que lloran por las noches
por ver morir a gente,
lo que ellos querían era salvarles.

Tartas de cumpleaños que ven las velas
como espadas que las atraviesan.

Cuchillos que no querían hacer herida,
sólo querían ser aquello que corta la soga
y acabaron en alguna espalda.

Cementerios con complejo de floristería.

Edificios que querían ser hogar
y acabaron siendo cárcel.

Cárceles que son hogar.

Medicinas que no se venden en farmacias
y curan más que cualquier pastilla.

Y espero que entiendas
que en ningún momento he hablado
ni de autobuses,
ni de trenes,
ni de gatos,
ni de drogas,
ni de hospitales,
ni de tartas de cumpleaños,
ni de cuchillos,
ni de cementerios,
ni de edificios,
ni de cárceles,
ni de medicinas.

                                                     He venido a hablaros de personas.

Loreto Sesma (1996, Zaragoza, España) 317 kilómetros y dos salidas de emergencia, Ed. Espasa, 2015

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