Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

Martha Asunción Alonso

Nostalgiar

Nostalgiar

Plataneros meciendo el corazón,
duendecillos de mimbre en las estufas
y el abuelo que vuelve de la mina
con pan de pajarines y meruéndanos rojos
(rojos eran tus labios cuando pescabas nubes,
de niño, por las Veigas).

Nostalgiar.

Crepitar de mazorcas en el horno.
Otoño en cucuruchos de papel.

Esta niña no sabe el padrenuestro,
ni la tabla del cinco,
ni estar sola.

El príncipe soltero del desván invisible.
Manchas chinas de aceite sobre papel de estraza.

Nostalgiar.

Quiero, abuela, hojaldres y una gripe,
cachorros callejeros a los pies de mi cama:
volver, lavarme el corazón con manzanilla.

Esta niña no sabe estar con nadie,
salirse de los cuadros del salón,
dibujar un sombrero… ni una boa.

Martha Asunción Alonso (1986, Madrid, España), Detener la primavera, Ed. Hiperión, 2011 (XIV Premio de Poesía Joven “Antonio Carvajal”)

No es verdad

No es verdad

No es verdad Blancanieves, los bosques de esperar
lenguas azules que nos despierten
al dolor de los pezones.
No somos elegidas
de los dioses para la transparencia:
ellos también son cuentos.
Porque la poesía,
igual que los sepulcros de cristal o ser mujer,
no será nunca un don.
No nos hace más nubes, ni más madres,
ni ha de encontrarnos siempre
trabajando.
A menudo, nos halla
menstruando, acariciando gatos sucios.
Sacando la basura.

Martha Asunción Alonso (1986, Madrid, España), Skinny Cap, Ed. Libros de la Herida, 2014. Su poesía ha recibido los siguientes premios: el Premio de Poesía Joven RNE (2015), el Adonáis (2012), el Nacional de Poesía Joven (otorgado por el Ministerio de Cultura, 2011) y el Premio Carmen Conde de Poesía Joven (2018).

Mutaciones poéticas

Mutaciones poéticas

En mi familia no hay poetas.

Pero mi abuelo Gregorio,
cuando regaba el huerto en Belinchón,
se quedó tantas tardes
velando las acequias, murmurando:
No bebemos
el agua: es ella quien nos bebe.
El agua
es
la mujer.

No, en mi familia no hay poetas.

Pero una vez, muy niña, encontré cáscaras
de huevo azul
a los pies del almendruco.
Se las mostré a mi padre y mi padre, silencioso,
me enseñó a hacerles un nido
con ramaje;
y me enseñó por qué: hay pedazos de vida
que son
sueños enteros.

En mi familia, os digo, no hay poetas.

Pero cuando mi bisabuela
Asunción
contempló por vez primera el mar
-la primera y la única-,
me cuentan que se quedó muy seria, muy callada,
durante un ancho rato, hasta que dijo:
Gracias
por
los ojos.

No sé de dónde salgo. En mi familia
no hay poetas
malos.

Martha Asunción Alonso (1986, Madrid, España), Wendy, Ed. Pre-Textos, 2015. Este poemario ganó el Premio de Poesía Joven RNE (2015). Además, la poeta tiene el Nacional de Poesía Joven (otorgado por el Ministerio de Cultura, 2011), el Adonáis (2012), y el Premio Carmen Conde de Poesía Joven (2018)

No es verdad

Cortesía. Roberto Castro

NO ES VERDAD

No es verdad Blancanieves, los bosques de esperar
lenguas azules que nos despierten
al dolor de los pezones.

No somos elegidas
de los dioses para la transparencia:
ellos también son cuentos.

Porque la poesía,
igual que los sepulcros de cristal o ser mujer,
no será nunca un don.

No nos hace más nubes, ni más madres,
ni ha de encontrarnos siempre trabajando.

A menudo, nos halla menstruando, acariciando gatos sucios.

Sacando la basura.


Martha Asunción Alonso (Madrid, España, 1986)

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