Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

Miguel D´Ors

Ella

Ella

Es misteriosa como el tiempo y el mercurio,
delirante y exacta, álgebra y fuego.
Cuando nadie la espera, coronada de escarcha
baja tarareando con pies maravillosos
por entre los helechos. Muchos enamorados
consagraron su vida a llamarla, elevaron
laboriosos palacios para ella
y no condescendió ni a una mirada.
No sirve para nada y son millones
los que viven por ella. Cuando piensas
que prefiere los locos y vagabundos, pasa
del brazo de un ministro o Mr. Eliot.
Es papeles manchados de tinta y es el mundo
con hogueras y robles, despedidas, los Andes,
la luna azul y Concha Valladares. Su rostro
constantemente cambia, inconstante. Y no cambia.
Bécquer la confundió con el Amor
y es una forma de no ser feliz.

Miguel d’Ors (1946, A Coruña, España), La música extremada, Ed. Renacimiento, 1991

Lluvia

Lluvia

Lluvia.
Lluvia que llega
de muy lejos.
Su oscura
llamada en mis cristales,
insistente.
Llueve.
Por las difusas calles
rumorosas me alejo;
me pierdo en otras lluvias
que lentamente caen
en mi pasado: viejas
rúas de piedra y lluvia,
clases de Historia y lluvia,
campanadas de lluvia
sobre mi infancia… Llueve
en mi ventana; aquella,
esta ventana.
Lluvia,
tibia lluvia que por
el trasfondo del tiempo
acompaña mi vida
poniéndole esta música
gris y lenta…
Esta tarde
la lluvia y yo escribimos
a medias estos versos.

Miguel D’Ors (1946, Santiago de Compostela, España); Curso superior de ignorancia, Ed. Universidad de Murcia, 1987.

© 2024 Poemancia

Tema por Anders NorenArriba ↑