Palabras como piedras

Madrid (Agencias). La Policía Nacional ha encontrado finalmente este martes los cadáveres de una mujer de 32 años y de su hija de 9 años desaparecidas en verano en un pozo del municipio de San Vicente de la Cabeza (Zamora).
La Vanguardia. 25 de noviembre 2014.

Hoy no puedo escribir palabras más que como piedras,
ni tiritas voy a darles para el corte,
que cada uno se lama sus heridas
o que reviente en pus.
Aunque sea de mala educación
me niego al perdón y al olvido y señalo con el dedo,
ya está bien de machitos cabríos
dejando tras su paso arrasadas mujeres
muertas en vida,
muertas por sus hijos y por sus hijas muertas.
Muertas de asco,
muertas de miedo,
muertas de vacío,
muertas.
En mi corazón ateo no hay cabida para tanto,
y no crean que es por falta de espacio
ni por aforo limitado,
es por derecho de admisión.
Me niego a compartir bondades con cobardes asesinos.
Ya está bien de condescendencias
y pulcros discursos para evitar ampollas,
por si alguien se molesta;
que empiecen a cambiarse de zapatos, si les aprietan,
y que anden descalzos en los pavimentos
de la condena eterna.
Eso hace falta.
La condena eterna sin contemplaciones.
A esos que matan en nombre del amor
y matan a una mujer y al amor en la misma puñalada,
los condeno al desprecio, al exilio, al desierto,
y ni cantimplora para el agua les daría.
No me avergüenzo.

Patricia Olascoaga (1958, Uruguay); Tenemos la canela, Ed. Noepàtria, 2016