Del destierro
Todo es materia de traición y tránsito
y quien diga otra cosa miente.
El verdadero fulgor es el de las sombras,
no hay otro resplandor que las cenizas.
Desde esta calle que un día fue páramo
y antes que páramo fue bosque
y primero que todo
deseo en tu palabra,
tiempo detenido en tu garganta
que finalmente tuviste que escupir al mundo, Padre,
vuelto la cabeza hacia aquel instante
y renuncio a las migajas de tristeza que me ofreces,
si son la última oportunidad de redención.
No voy a cultivar el llanto
ni pienso aceptar el consuelo de ese destierro.
Preguntas como ausencias
dudas como destierros
Llueve llueve no para de llover
Guadalupe Grande (1965-2021, Madrid); El libro de Lilit; Ed. Renacimiento, 1996. Premio de Poesía “Rafael Alberti” 1995.
Magnífico.