Lluvia en la cala
Llueve, entre pausas, sobre las piedras
redondas, asustadas sin razón.
Cubren toda la orilla de la cala.
Están quietas. Ahora el mar suena
a la vez que el deseo de cambiar
junta y destroza espuma en olas breves
que acaban serenísimas. El tiempo
parece una voz que nada dice.
Otro tiempo imposible lo desmiente
en cada terminarse de las olas,
más breves que la lluvia. Sorprendidas
por su propio agolparse sin sentido.
Antonio Méndez Rubio (1967, Badajoz, España); de Un lugar que no existe (1998); extraído de La otra joven poesía española, Ediciones Ígitur, 2003
Magnífico.