Aprendiendo a leer el pasado y el futuro en las líneas de un poema

agua

Se acostumbra el oído al murmullo

Se acostumbra el oído al murmullo
del agua y, con el tiempo, si sigues
a su lado es como si el manantial
callase. Y así entiendes, aún mejor,
el trabajoso verde de los pinos
del arenal, allá lejos. Hojas
que flotan en la pila, octubre se destiñe
en la arboleda. Van cruzando
la tarde los graznidos de los grajos
y en el pinar se oyen voces. No callan.

Fermín Herrero (1963, Soria, España); De la letra menuda; Ediciones Cálamo, 2009

En el silencio de los pueblos se desmoronan
las paredes de adobe. Qué se podría hacer,
todo, todos se fueron, se fueron yendo
a la ciudad y todas sus muertes juntas
siguen aquí. Y también sigue aquí el castaño
y la fuente, la iglesia, los olmos muertos, los cerros
y la loma. Y también un ramal del nublado
que se volvió, cargado de pedrisco, y el gancho
que arrastraba hasta el banco de matar
a las cochinas. No debo interpretar sus silencios.

Fermín Herrero (1963, Soria, España); De la letra menuda; Ediciones Cálamo, 2009

Canción de arcilla

CANCIÓN DE ARCILLA

Mi cuerpo está hecho de ríos.
Tiene las curvas
del caudal de tus manos
de agua;
las huellas que tú has ido labrando
con tu paso.
Y en mis márgenes de espuma
crece el romero
y la salicaria.
Has ido tendiendo puentes
sobre mi espuma
y turbulencia,
sobre el mágico misterio de sentirse río
latente.

Me has amasado con el barro de la orilla,
pequeño alfarero,
con tus grandes manos tiernas.
Por mis ojos de vasija
mana toda la luz
del agua.

Mercedes Escolano, (Cádiz, 15 de febrero de 1964), Marejada, Ed. Salesianos, 1982

Alquimistas del alma

Alquimistas del alma


Los matemáticos explican cómo y por qué
se crean ondas concéntricas al lanzar una piedra al agua;
los científicos crean máquinas para lanzar esa piedra
o modifican el agua porque no quieren ondas sino cuadrados;
los novelistas lo escriben y describen;
los curas rezan que ya lo había escrito Dios en alguna parte;
los soldados lo atacan o acatan;
los periodistas lo investigan;
el público aplaude o insulta;
los empresarios vallan el río y rompen la montaña;
los jóvenes escupen al agua o reciclan la piedra.
Y sólo el poeta se pregunta qué sentirá el agua y qué sentirá la piedra.

Alberto Pérez Ruiz (1980, Burgos, España); Poesía en el camino. Antología poética (2011-2014). Olmillos de Sasamón (Burgos), Editado por la Institución Fernán González, 2015

Poética de los cuatro elementos

Poética de los cuatro elementos

No describir el fuego
sino hacer
que arda en el poema.

No decir el agua
sino saciar la sed
en cada verso del poema.

No definir el aire
sino sentir el aliento
que alguien respira en el poema.

No descifrar la tierra
sino enterrarse
y brotar en el poema.

Amalia Iglesias Serna (1962, Palencia, España); La Sed del Río, Ed. Reino de Cordelia, 2016. Premio de Poesía Ciudad de Salamanca, 2016

© 2024 Poemancia

Tema por Anders NorenArriba ↑